En Órbita

El bosque oscuro

La paradoja de Fermi plantea que es imposible que habiendo tantas estrellas no hubiéramos ya contactado con vida extraterrestre inteligente.

Hasta donde sabemos son ya 50 años buscando señales SETI pero aún nada. Es posible que civilizaciones avanzadas no usen las precarias ondas de radio en las que buscamos prueba de su existencia o que sus comunicaciones estén encriptadas de tal manera que no haya forma de distinguirlas de la radiación de fondo; puede que simplemente no existan los extraterrestres porque la vida es un milagro; o puede, como plantean otros, que las civilizaciones avanzadas tendrían que estar cerca del punto cero, o sea, tan cerca del big bang que aún falta cientos de miles de años para que sus comunicaciones lleguen a la vía láctea.

Al principio del siglo XXI, Cixin Lui escribió una trilogía de ciencia ficción que plantea una respuesta alterna a la paradoja de Fermi. En el segundo libro de la entrega, El Bosque Oscuro, publicado en 2008, Liu propone que la razón por la que no recibimos pruebas de vida extraterrestre es que el universo obedece a la metáfora del bosque oscuro: en un bosque oscuro, cualquiera que dé señales de vida es una amenaza para todos los que se ocultan. La reacción a ello es siempre la destrucción. Es decir, toda civilización preferirá sobrevivir, por lo que es mejor limpiar que investigar. Si se detecta civilización inteligente, es mejor eliminarla antes de que ésta pueda eliminar la propia.

Lo interesante de este planteamiento es que implica que la inteligencia es homogénea en el universo. No habrá civilizaciones avanzadas que usen su inteligencia para otra cosa más elevada que la supervivencia, pues ella (la supervivencia) es la norma absoluta. Dicho de otro modo, cualquier civilización por más avanzada que sea nunca dejará de temer ser sometida por otra más avanzada.

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Lo cual implica que el avance civilizatorio no cobija jamás la convivencia, sino siempre la conquista. Ninguna civilización contemplará jamás el riesgo de explorar otras formas de vida. Triste conclusión que alguien podría señalar de ingenua teniendo en cuenta la inmensidad del universo.

Justamente esa inmensidad aumenta la incertidumbre de tal manera que la eliminación del Otro sea la única salvaguarda. En la historia de Cixin Liu, de hecho, la civilización que se enfrenta a la terrícola es trisolaris, una civilización muy avanzada que vive en un planeta vapuleado por tres soles, lo cual vuelve impredecible el tiempo, y muchas veces han tenido que comenzar de cero el estudio del universo. Los trisolarianos están a cuatro años luz de distancia de la tierra, y cuando reciben señales de vida inteligente inician de inmediato un plan de colonización. ¿Por qué no obedecen la teoría del bosque oscuro y destruyen completamente al sistema solar? Quizás porque su inteligencia es distinta, no estoy seguro, puede ser también porque “vieron” que la humana no era una amenaza para ellos y que al contrario podría ser una oportunidad de supervivencia, de mejora de la existencia. Sin embargo, la teoría del bosque oscuro consiste en que ninguna civilización se molesta si quiera en revisar si la otra es o no una amenaza, siempre es mejor limpiar.

Convengamos en que trisolaris es una de esas inteligencias escasas en el universo que no disparará, sino que espiará primero. Para iniciar la conquista, despliegan las once dimensiones de cuatro protones y los entrelazan, meten dentro de cada uno un súper computador y lanzan dos a la tierra para así frenar el avance de la física cuántica, espiar a los terrícolas y entablar una comunicación instantánea e indetectable para 

cualquier otro mundo. Son sin duda una verdadera singularidad en el universo. A pesar del alto desarrollo aún tenían oídos apuntados hacia la profundidad del espacio en busca de vida inteligente, como los terrícolas, cosa muy extraña en un universo que solo escucha para destruir.

La hipótesis del bosque oscuro nace de la sociología cósmica que Ye Wenji le propone a Lúo Ji cuando se encuentran por casualidad en el cementerio, él visitando a su amiga, ella a su hija. Los axiomas de dicha nueva ciencia nacen del fracaso de la evolución humana, cuyos efectos debe vivirlos en carne propia Ye Wenji durante la purga de la revolución de Mao Tse Dong, por lo que no es de extrañar su terrible pesimismo. La razón de que haya tantas estrellas y parezcamos estar solos no solo en el brazo de Orión sino en toda la galaxia, y quizá en todo el universo ,es que es mejor crecer callados y estar atentos a quiénes tañen su estrella para destruírsela.

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