La música y la ciencia han provocado un cosmos identificable en su estética, pero desapercibido en sus orígenes. La normalización del beat en consolas y samplers de última generación ha universalizado una técnica y un sonido. Cuando apareció la electricidad, el sonido ya estaba allí.
La música electrónica empezó a popularizarse a mediados de los años 80´s. Esa tendencia empezaría a anticiparse con la influencia de la música disco y el aprovechamiento de su instrumento central y marca de sonido: el sintetizador. Para precisar su inicio se debe escudriñar en los años 60´s; con la aparición de amplificadores, refinados modelos de sintetizadores electrónicos y su incursión en la industria musical. Esta vertiente tecnológica creo nuevos géneros e impulsó escenas como el Rave y EDM a finales de los 90´s y principios de este siglo. Pero su génesis, antes de popularizarse en la tierra, hay que rastrearla en la arqueología del sonido, siguiendo las huellas del desarrollo tecnológico y la ciencia transformada en arte. Siempre hay una historia detrás de lo que se escucha, y en el sonido y la música, muchas más…
Los primeros experimentos que unieron electricidad y sonido ocurren en Londres en 1895. Como todo proceso científico, el ensayo y error estuvo presente hasta lograr el primer dispositivo controlado por voltaje. Este artefacto contribuyó en 1895 a resolver la molestia auditiva ocasionada por el zumbido del alumbrado público de Londres. La fórmula es sencilla, la emisión de sonidos de una bombilla se puede controlar cambiando el voltaje que se aplica, de esta forma aparece un primer vestigio musical rudimentario conocido como Singing Arc.
Siguiendo este principio físico se evoluciona hasta la aparición del sintetizador. Hacia 1905 aparece el modelo primigenio, definido como electrónico porque un generador produce sonidos sin ningún origen acústico o mecánico; el más conocido y competente, el Theremín. El mundo había descubierto que el sonido podía atraparse, amplificarse y sostenerse por la persistencia de los efectos vibratorios producidos por oscilaciones.
Sin embargo esta novedad tecnológica, con esa dualidad entre ciencia y acústica electrónica, no atraía ni a las músicas populares ni al género clásico de las primeras décadas del siglo XX; ese objeto extraño, poco práctico y artificioso para ejecutar música estaba adelantado a su tiempo y esperaba a generaciones vanguardistas que lo incluyeran en sus producciones. Pero la fantasía es un camino hacia lo desconocido, simultáneamente se estaba desarrollando un género musical a partir de la evolución del magnetófono: las músicas concretas. Llegaría el día en que ambos habrían de encontrarse.
Músicas concretas: Un género hibridado entre ciencia y acústica.
Músicas concretas, en su autenticidad, refiere a músicas hechas con sonidos presentes en la naturaleza, como el viento o una gota que cae sobre un estanque, o con sonidos de los fenómenos inherentes al movimiento como un motor esforzándose por subir una loma, un tren saliendo de la estación o una puerta que se cierra.
El iniciador de esta técnica y precursor de este concepto fue el francés Pierre Schaeffer en 1948. Once años antes había empezado a experimentar con el magnetófono grabando sonidos y organizándolos a partir de laboratorios de edición para crear una experiencia sonora.
¿Por qué se les denominó concretas? Es un término que aparece por oposición a lo abstracto. En lugar de usar sonidos organizados como las notas que produce cualquier instrumento, usa sonidos de la cotidianidad, como el sonido de una puerta al cerrarse que existe en los movimientos de la vida cotidiana y es universal. También se le denominó así porque el oyente escucha la música tal como la imaginó el compositor, sin la mediación de directores, productores e intérpretes. Notas musicales, ruidos y sonidos del trasegar diario son materiales para ser controlados y transformarlos físicamente, son materia concreta independiente de tonos e intensidades.
El movimiento dio lugar a escenarios insospechados: que más allá de la idea de organizar una secuencia audible y reconocible como una melodía, se trataba de escuchar algo imposible de oír en la naturaleza, la violación de la tercera ley de la termodinámica: emitir un ruido al revés. Esto lo ubica como el iniciador de las prácticas de sampler contemporáneas. Objetos y naturaleza se fundieron en el magnetófono para permitir nuevos caminos de expresión musical.
En los siguientes videos se exponen las técnicas y conceptos de este movimiento vanguardista y científico, y una obra de músicas concretas realizada por el visionario Pierre Schaeffer en 1951.
Técnicas e instrumento se encontraron a mediados de los años 60´s cuando el modelo Moog empezó a comercializarse. Su aparición en el mercado es el resultado de múltiples y diversas experimentaciones en torno al modelo original, siempre enfocadas en el desarrollo electrónico y el sistema de grabación y reserva de sonidos.
En este recorrido resaltamos la figura y obra de Delia Derbyshire, considerada la madre de la música electrónica. Sus investigaciones en el laboratorio de sonidos de la BBC de Londres permitieron la creación de la primera pieza de música completamente electrónica: la banda sonora de la serie Dr. Who.
Vea el documental
A continuación, compartimos una de las primeras piezas musicales considerada un clásico dentro del género de las músicas concretas; en ella podrá apreciar los fundamentos y la evolución estética de estos principios físicos y mecánicos concretados en un sintetizador.
El sonido dominante es una gota de agua.
Toro Takemitsu (1960).
El sintetizador produce sonidos artificiales, su desarrollo ha sido tan efectivo que ha podido imitar el sonido de los instrumentos tradicionales, es decir, los que producen sonidos abstractos. A esta experiencia empezó a reconocérsele como acusmática, sensación generada por la ambigüedad e identificación de los instrumentos que componen la pieza y el nivel de sofisticación al que es elevada para crear confusión.
El maestro Philip Glass se eleva a este nivel de perfección artificiosa. Escuchen.
El francés Jean – Michell Jarré es uno de los cultores de la música electrónica y ha llevado sus presentaciones a nivel de un espectáculo de luz y decibeles electrónicos.
La banda alemana Kraftwerk se considera pionera en el género de la música electrónica. Su organología sintética en fusión con el pop empezó a transformar las estéticas y la industria discográfica.
El dúo británico Chemical Brothers desde los 90´s se ha constituido como uno de los más innovadores exponentes de la música electrónica; su estrategia, mezclar acid-house, hip hop y rock. Aprecie esta fusión y perciba la importancia del sintetizador y sus derivadas como el sampler en esta apuesta estética arriesgada y experimental.
Las músicas electroacústicas combinan los dos formatos. Son músicas y obras hibridadas que convergen en diferentes géneros musicales. Aquí se funden y se encuentran el sueño de la electricidad y la ilusión de capturar sonidos para reproducirlos. Las músicas abstractas se desplazan por las músicas acústicas. Veamos cómo lo hacen en vivo dos virtuosos exponentes del género: Beck y Tommy Guerrero
Coda: Ofrecemos para el deleite y la inmersión melómana un par de bandas colombianas exponentes del género electroacústico.
Meridian Brothers basa sus composiciones en las propiedades ofrecidas por el sintetizador. Su estética es innovadora e integra ritmos colombianos en sus producciones.
Zalama Crew es una banda caleña de funk y hip hop con referencias en el rock. Su estética se explaya por los instrumentos, materiales y técnicas descritas en este recorrido sonoro.
Aquí podrán escuchar los nuevos ritmos y armonías urbanas en ebullición con músicas concretas.
Felicitaciones!! Comento desde mi ignorancia musical: este artículo es muy ilustrativo e interesante sobre el sonido, la experimentación con nuevos sonidos y el surgimiento de la música electrónica. Está música con tanta potencia y magnificencia me genera sentimientos de que fue creada por extraterrestres y humanos, como el grupo alemán Kraftwerk. Gracias.