La sombra entrelíneas
Germán Cuervo
Ediciones Grainart.
Cali, 2024
257 páginas
ISBN 978-628-01-3152-8
CONTACTO EDITORIAL: 3148685940
Un experimentado escritor ha aceptado regresar a Cali, su ciudad natal, para escribir una novela sobre su mítico amigo, Andrés Caicedo.
Después de haberle sacado el cuerpo a la editorial española durante años, al fin viaja y se hospeda un hostal de San Antonio en lugar de quedarse en casa de sus antiguos amigos para no distraerse con los viejos conocidos. Sin embargo, la escritura no fluye y se da cuenta que no es que recuerde muchas cosas significativas de Andrés, no tiene mucho que contar sobre él, y en cambio su mente deriva hacia su propia infancia y adolescencia en el castillo de Otrebor, junto al parque Versalles, en la avenida cuarta con ventitrés.
El castillo de Otrebor fue construido por un italiano de apellido Del Sordo, quien había inmigrado desde Italia para recomenzar su vida junto a su amada, después de las penurias de la Segunda Guerra Mundial. El castillo era una réplica a escala de uno medieval que Del Sordo admiraba en su país de origen. Sin embargo, en sino trágico lo siguió hasta el otro lado del Atlántico y la joven amada murió no más haber terminado el hogar. Destruido, Del Sordo vendió la gótica edificación a precio de ocasión y desapareció del mapa. El comprador fue Otrebor, el padre de Javier (protagonista de esta historia), quien en 1950 pasó del barrio el Peñón a un paraje no urbanizado aún pero en el que se construiría poco después el parque Versalles y el local comercial más grande de su época: el Sears.
En algunos de los recuerdos de Javier aparece Andrés Caicedo, que vivía a pocas cuadras del castillo. Andrés fue primero amigo de Luis Augusto, hermano de Javier, y de Charly Pineda. Mientras estos tres se reunían a hablar de cine, filosofía, historia, geopolítica y literatura con el mismo Otrebor, Javier debía enfrentar sus demonios de niño retraído y temeroso del sexo opuesto. A veces Javier acompañaba a su hermano a desafiar junto con sus amigos las costumbres y buenos modales de la ciudad, aupados por la única expresión artística que estuvo a la altura de su época: la música. En una de esas salidas, su hermano Luis le confiesa que es homosexual, lo que deja a Javier más solo con sus dilemas afectivos.
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La sombra entrelíneas fue lanzado en agosto de 2024 en la biblioteca del centenario. El siguiente audio es un fragmento de lo que se dijo aquél día.
Para encontrar la inspiración o, más que la inspiración, la historia que debe contar, Javier sale del hostal a recorrer esa ciudad inmortal de los años 70s y cada sitio, el antiguo Oasis, los antiguos Los Turcos, el antiguo Dary Frost, todas son piezas sueltas de un relato que no tiene ni pies ni cabeza. Se encuentra con viejos amigos del San Luis, donde compartió aula con Andrés, pero eso tampoco logra desbloquear sus recuerdos.
Javier busca a Equis, el único que podría recordar a Andrés porque había sido su amigo, pero su pesquisa es infructuosa y todos dicen que no lo han visto hace muchos años o ha muerto. Equis va emergiendo en la escritura que Javier intenta focalizar en Andrés, pero que sigue derivando hacían sí mismo y hacia sus
dilemas psico-afectivos, como el de la vez que la niña más linda del parque Versalles aceptó cuadrarse con él. Una vez había recibido el sí, no sabía que hacer. ¿Qué hacen los novios? Su padre y su madre eran tan distantes que nunca les pudo preguntar; su hermano se vestía con los trajes de reina de su hermana Beatriz y sus amigos, que eran los amigos de Luis, no parecían estar muy interesados en las chicas. Como era de esperarse, no muchos días después de haberse cuadrado, Javier vio a su novia subirse en el carro de otro joven, seguramente para ir al autocine o al Dary Frost.
En algún momento, Javier se va de Cali a Bogotá donde sus problemas afectivos terminan. Vive con Margarita y Andrés Caicedo les visitaba a menudo cuando viajaba a la capital para entregar y recoger las latas de las películas que proyectaba en el cine club del teatro San Fernando. Luego de su primer intento de suicidio, ocurrido en Bogotá, Andrés convence a Javier de que vivieran juntos los dos con sus dos amadas, Margarita y Patricia. Alquilaron entonces un apartamento en La Macarena, que Javier tuvo que dejar casi al instante porque Andrés volvió a Cali y se quitó la vida.
La sombra entrelíneas es un viaje a los recuerdos de Javier, un viaje de la nostalgia al Cali del Nortecito, donde vecinos del barrio recién llegados de Vietnam sacaban armas en los bares disparaban erráticamente; el nortecito que Andrés Caicedo retrata muy bien en su obra; el de los mangones, los siete ríos, pero sobre todo la Cali del castillo de Otrebor que resulta siendo el protagonista simbólico de esa época, de una experiencia gótica en pleno trópico.