Este volumen de relatos funciona como un diario del 2021 en Cali desde la mirada de un escritor que estudió en Bogotá y Nanterre y no hace mucho se ha instalado en la capital de la resistencia como profesor.
A través de sus páginas recordamos los miedos de la pandemia, los estragos del encierro, las quejas de la educación virtual, las medidas absurdas de la política local y nacional colombiana, así como los acontecimientos que dieron inicio al paro del 28 de abril.
Hojas sueltas que constituyen los fragmentos de una experiencia vital del común en medio de sucesos históricos. Cada texto está lleno de esa inocencia con que se vive la vida cotidiana; esa desprevención un tanto satírica, si se quiere, logra un estilo parecido al del legendario Saki, mordaz y escéptico de la humanidad cuando se comparan las grandes obras con las faenas íntimas de cada individuo. Todos los personajes narran aquí su propia epopeya, arrancada de la tragedia, y con ella justifican su modo de vivir aquellos días, con arribismo, con voz libertaria, con resentimiento godo o resentimiento social, con miedo facho o esperanza social demócrata.
Detrás de la escritura de este libro no hay un trabajo periodístico; no es un recuento de testimonial, ni una crónica a cuenta gotas de los más de 120 días de Sodoma y pandamia en Cali; tampoco es la autoficción que Juan Sebastián Rojas está acostumbrado a postear en sus redes, es más pura ficción solitaria, diaria, alimentada por la realidad aplastante y extraordinaria que nos tocó en suerte en el barrio en que hayamos estado, contaminado eso sí por el desasosiego y la depresión mediocre de una clase media nostálgica de la tragedia de los cientos que lucharon en las calles durante esos 90 días de toma comunal.
El resultado es inspirador. Un ejercicio diario de escritura automática, libre de pretensiones, muy personal a veces pero trascendental y perturbador, otras. Consta de una centena de aguafuertes de ficción en primera persona (aunque hay conjuntos de cuentos que forman una nouvelle relámpago), junto con algunos versos de poesía. Pone de manifiesto la diversidad de voces que pueden existir en un territorio urbano y la complejidad que deviene de identificarlas como caleños o vallunos o colombianos, pues no parecen poder ponerse de acuerdo. Estos relatos, que bien podría llevar el remoquete de bagatelas o fantasías, reflejan la crisis de la historia única, del paradigma verdadero, de la ciencia solipsista, de la especialización del saber contra la que algunos pensadores, como Edgar Morin, propone la transversalización disciplinaria y la diversificación investigativa.
Muchedumbre II fue ganador de los Estímulos 2021 de la ciudad de Cali y puede conseguirse en las librerías independientes de la ciudad, como Oromo y Expresión viva.