Una canción necesaria para nuestro tiempo
Los noventa fueron quizá los años más difíciles para Colombia. Cada mañana un nuevo magnicidio, una nueva bomba, una nueva toma, un nuevo avión estallado en el cielo, un nuevo escándalo. En Ruanda la iglesia atizaba un genocidio y en los balcanes la religión (de nuevo la religión) desmembraba a Yugoslavia. Los triunfos de las luchas sociales de las décadas anteriores parecían deshacerse en la crueldad de una nueva y tóxica carrera por el poder. Estados Unidos parecía ser la esperanza. Caía la Unión Soviética, nuevos países nacían, la democracia era una realidad fuera de Colombia. Por eso muchos jóvenes de esa generación soñaban con salir del país y hacer sus vidas en Nueva York, Londres o Buenos Aires. Su destino era el desarraigo, el desplazamiento, la huída. En ese contexto fue escrito Más humano.
Por Luis Miranda Echeverry
La sensación de que los valores dominantes riñen y desprecian los valores humanos es una realidad inocultable con la cual se identifica una generación. Por eso Más humano se ha sostenido en top 10 del ranking de #Vivamusiccolombia, la emisora de música independiente más importante de latinoamerica.
El video de esta canción tiene una historia singular. Se rodó durante la grabación del tema en los estudios Little House Record en Bogotá, junto a la delineada garganta rockera de Linus. La captura visual la realizó Alex Vargas (ingeniero de sonido) y refleja la fraternidad de los músicos. El material fue montado, tratado y editado en los estudios NadieNinguneado de Cali.
El video quedó refundido durante muchos años, hasta que en abril de 2020, durante la cuarentena mundial, el compositor hizo un nuevo tratamiento juntando lo editado en Cali con animaciones de uso libre provenientes de pixabay. El resultado es un experiencia visual surrealista.
Busco señales de cariño
busco señales de calor
que me hagan sentir
más humano.
Busco señales de afecto
busco señales de pasión
que me hagan sentir vivo en un planeta
que me hagan sentir que no está desolado.
Busco señales de miradas reales
busco unos labios muy ansiosos
que puedan descubrir mi esencia oculta
que me hagan sentir vivo en este infierno
que me hagan sentir más humano.
Mauro Miranda es licenciado de Música de la Universidad del Valle, Colombia. Estudió Dirección de Orquesta en la Universidad Nacional. Fue director musical de la producción Musica pál barrio de la agrupación Haga que pase. Actualmente cursa la maestría en Creación Musical, Nuevas Tecnologías y Artes Tradicionales de la Universidad 3 de febrero de Buenos Aires.
¿Cómo usar este documento en el aula?
Este video puede ser un ejemplo equivalente al que Lautréamont postuló en el siglo XIX sobre lo que luego recibiría el nombre de Surrealismo: el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección. Las imágenes y las animaciones llegaron de precedencias inesperadas, pero como si hubieran sido creadas las unas para las otras.
El surrealismo implica imitar la forma en que los sueños nos comunican sus misterios. La mezcla de colores y la cohesión irracional en que todo se superpone en este video clip, traslada al espectador a una lógica onírica. Cada imagen se convierte en un símbolo que orbita alrededor de la utopía de volver a ser más humano, o de serlo algún día.
Hacer un video con animaciones de uso libre e imágenes tomadas sin propósito alguno, combinadas con una música instrumental o una canción apropiada, puede producir el encuentro insólito de Lautréamont. Un proyecto de aula coordinado entre arte, literatura e historia pueden llevar a los estudiantes a comprender el papel de la psico-magia, la chamanería, el hippismo y la psicodelia de la contra cultura, cuyo epítome es Woodstock, en el desarrollo de la sociedad moderna.
Dichas rupturas sociales son de cierta manera equiparables a las revoluciones científicas motivadas por el teorema de incompletitud de Kurt Gödel o el concepto de entropía de Clausius, que cambiaron para siempre la menera de comprender el infinito y la termodinámica.