A Diana, Jader, Armando, Adriana, Darío, Fernanda, Tata, Dora, César y Cielo
Cuando Pá Chile me voy cruzando la cordillera,
late el corazón contento y me espera una chilena.
Las dos puntas. Canción tradicional.
Por Juan Guayara Mora
Especial para Tercera Órbita
La capital de Chile es una metrópoli de ocho y medio millones de habitantes. Es el epicentro político, financiero y económico del país. Deambular por sus calles o introducirse en su funcional metro de seis líneas es sumergirse en una civilidad cosmopolita. Efluvios de una estadía asombrosa y feliz.
Entre Cali y Santiago de Chile hay una distancia de 4.153 kilómetros que se recorren durante 6 horas por ruta aérea. Durante el último tramo de vuelo se aprecia la majestuosa cordillera de los Andes con sus cúspides rebosantes de nieves perpetuas. Esa experiencia visual es alucinante más allá del esplendoroso paisaje porque te produce una sensación de sentirte ínfimo ante la prominencia de la geografía. Esta es también la señal de que ya estás cerca de Santiago, adonde fui invitado para compartir en familia de las fiestas patrias, también conocida como Semana de la Chilenidad. Durante esta temporada se percibe que la ciudad anda a media máquina en espera de la conmemoración de la independencia del imperio español, por ello la bandera de la estrella solitaria ondea en todas las casas, ventanas de edificaciones y locales comerciales.
Santiago se asienta sobre el valle del Maipo, rodeada por cordones montañosos en todas las direcciones, se destaca hacia el oriente una continuidad de cerros de mayor altura adornado con nieve en sus cimas, el más sobresaliente es el cerro el Plomo (5.424 msnm) que como vigía custodia la ciudad y ofrece una postal inmutable de vida. Cuando el sol desciende por el poniente esparce rayos sobre sus nieves perpetuas y entonces cambia de colores del amarillo al rojo como un cuerpo prismático. Esa mirada es ensoñadora y surrealista. También allí nace el emblemático río Mapocho, que serpentea por 19 comunas a lo largo de 110 kilómetros hasta desembocar en el río Maipo, convirtiéndose así en un habitante más de la ciudad.
Festividades y fondas
Los días 18 y 19 de septiembre todo se ha detenido para disfrutar del evento histórico, oficialmente se han declarado vacaciones irrenunciables para la sociedad chilena. La cueca flota por doquier y las familias y amigos se reúnen para compartir un asaíto con terremoto, bebida popular chilena tipo coctel que se prepara con pipeño (vino tinto joven), helado de piña y granadina; se trata de una bebida refrescante con un leve sabor amargo al final. También asisten a las fondas, que son parques públicos intervenidos donde se recrea la cultura del rancho chileno.
Fui invitado a la fonda del padre Hurtado, que se realizó en el Parque Estadio Santa Rosa de Chena, allí disfruté de presentaciones musicales en vivo, espectáculos ecuestres y muestra artesanal. En la oferta gastronómica se privilegian platillos preparados a la brasa, se destacan el anticucho, que es una brocheta con prominentes pedazos de carne vacuna con vegetales y las empanadas de pino rellenas de carne picada, cebolla en cubos pequeños y un guiso condimentado. Después de tantos agasajos de bienvenida con asados, yo elegí esa deliciosa empanada cuadrada al horno.
Huasos y mapuches en Fonda del padre Hurtado
Urbanismo fulgurante
Santiago es una ciudad arborizada y amable con quien la camina, eso se aprecia en sus amplios andenes y poca invasión del parque automotor en sus sendas peatonales. Deambular por sus calles, parques y alamedas es tranquilo y placentero.
El centro histórico es muy atractivo, desbordante de arquitectura neoclasicista, los edificios gubernamentales y viejas edificaciones parecieran sumergirte en una ciudad europea. Gran parte de ellas hicieron su aparición en las primeras décadas del siglo XX, cuando muchas ciudades latinoamericanas renovaron sus estéticas urbanísticas y empezaban a entrar en la modernidad.
Un aspecto a resaltar son sus espacios culturales, siempre gratuitos, con servicio de guía y zonas de esparcimiento. Se destacan El Centro Cultural de La Moneda, fundado en 2006 en el marco del Proyecto Bicentenario de la independencia. Se encuentra bajo la Plaza de la Ciudadanía, frente al Palacio de la Moneda. 7200 m² distribuidos en 4 pisos subterráneos, alberga dos salas amplias de exhibición permanente, el Centro de Documentación de Artes Visuales y la Cinemateca Nacional.
Una constante agenda de cursos y actividades para diversas edades se desarrolla en esta magnífica estructura subterránea. Fue asombroso contemplar, a lo largo de la plazoleta central del segundo piso, a la especie humana meciéndose armónicamente en una sesión de taichí. También la exposición sobre los habitantes originarios de Chile.
El Museo Histórico Nacional de Chile desde 1982 se encuentra instalado en lo que fue el Palacio de la Real Audiencia, frente a la Plaza de Armas, hoy Palacio de la Independencia. Allí los salones agrupan vestigios históricos emblemáticos y curiosos como los lentes del derrocado presidente Salvador Allende. Toda la historia de la nación de chile se encuentra expuesta en sus anaqueles. Colección textil y de vestuario, artes decorativas y escultura, artes populares y artesanía, pintura y estampas, armas y armamentos, arqueología y etnografía, fotografía, herramientas, equipos e instrumentos, libros y documentos, mobiliario, numismática y medallas. La misma edificación es ya un documento histórico y arquitectónico que data de 1804.
En su galería principal se hallaba dispuesta la Exposición 50 Años después. Golpe en la memoria. Fotografías en gran formato que revelan la brutalidad del ataque golpista a la Casa de La Moneda en 1973 y la implementación de la dictadura militar que fraccionó el país por 17 años.
Consta de 127 objetos, más de 150 documentos y 100 entrevistas.
La Biblioteca Nacional de Chile fue creada en 1813 y desde 1925 se encuentra en el antiguo convento de las clarisas sobre la Avenida Libertador con Bernardo O´Higgins. Una bellísima edificación que agrupa 12 grandes salas que contienen alrededor de 850.000 volúmenes en la sección chilena, 350.000 títulos en el Fondo General y 100.000 volúmenes en periódicos.
Fue grato y revelador conocer la conexión del maestro Andrés Bello y el proceso bibliotecológico, hay una sala dispuesta para conmemorar su importancia donde se puede apreciar su elegante escritorio.
Su archivo digital tiene un componente sobre la memoria, allí se expone el proceso sobre los exterminios a la población indígena, las luchas obreras y la represión de la dictadura. Se trata de un soberbio documento tras el rastro de lo que se quiso ocultar como nación. Esta es una clara muestra del compromiso por recuperar la verdad.
Al salir del bello claustro, me encontré con la promoción de una sala alterna, la Casa Museo Eduardo Frei, donde se exponía un homenaje a Pepo, el creador de Condorito. También me informaron que sobre las calles que se asienta la biblioteca ocurrieron las gestas del estallido social chileno 2018 que tanto inspirarían a mi país en el 2021.
Zonas verdes y un fastuoso parque
En Santiago abundan los parques. Aparecen en las esquinas, sobre las calles, en las comunas (como les llaman a los barrios). Hay longitudinales, infantiles, de deportes extremos, artísticos, con bustos, sin bustos, con esculturas, temáticos. Existen alrededor de 532, pero el más sobresaliente es sin duda el Parquemet, considerado el pulmón verde de la ciudad. Cuenta con 737 hectáreas y es considerado el cuarto parque urbano más grande del mundo y el segundo en Latinoamérica. Tiene diferentes accesos, es de uso público y se encuentra rodeando el cerro San Cristóbal, en donde se asienta en su cúspide el Templo de la Inmaculada Concepción. Allí hay diferentes escenarios: ciclovías, senderos, zoológico, piscinas, jardín botánico, jardín japonés, enoteca, centros culturales; tiene servicio de funicular y teleférico, restaurantes, baños, puntos de hidratación, actividades deportivas, salones para cursos y seminarios. Su aparición y reconocimiento obedeció a un proceso gradual. En 1903 se instala el Observatorio Astronómico Mills, actualmente Manuel Foster, y en 1908 se inaugura el santuario. En 1916 se empieza una campaña por transformar el cerro en parque para uso de esparcimiento público. Entre 1921 y 1927 se hacen las obras de remodelación y adecuación. En 1951 se incorpora una línea del ferrocarril para el transporte de visitantes. En 1966 adquiere la denominación oficial de Parque Metropolitano de Santiago. En 2012 se reconoce como ecoparque.
Una comarca de greda
Hacia el oeste, a 60 kilómetros de Santiago se halla Pomaire, un asentamiento de 4.000 habitantes aproximadamente. Una campiña solaz rodeada de minas de arcilla, reconocida en el país como un centro cerámico debido a la belleza de sus artilugios y objetos funcionales moldeados en greda, su tradición alfarera viene desde tiempos precolombinos. Con el pasar de los años se convirtió en un atractivo turístico visitado por nacionales y extranjeros.
El desplazamiento desde Santiago se realiza por una carretera de última generación, ancha, bien demarcada, sin baches; el cobro del peaje ocurre de forma electrónica cuando el auto pasa bajo los radares. A lado y lado se extienden pequeñas colinas tachonadas de flores coloridas. La entrada a Pomaire está anunciada por un letrero promocional, se gira a la derecha y aparece una larga calle bordeada de almacenes y restaurantes típicos.
La manufactura alfarera es exuberante y variada, sus habitantes respiran orgullo por ese legado. También es un buen lugar para degustar la gastronomía campirana y alejarse de la carne asada tan consumida en la urbanita Santiago. Ingresamos a un restaurante típico construido en madera, los aromas a especias flotaban por entre las mesas de los comensales.
Me recomendaron el pastel de choclo, el único platillo agridulce de la cocina tradicional chilena. Se considera un plato de verano. Los granos de maíz dulce se licúan y con esa mezcla se arma el pastel que contiene capas de carne molida, pollo desmechado, huevo cocido, aceitunas, pasas y directo a un horno de leña. Se hornea en un recipiente de greda, como un ingrediente adicional que le imprime el sabor a la tierra en su cocción. Esa fusión horneada de ingredientes embruja al paladar.
Mientras degustaba esa exquisitez hizo su aparición por entre las mesas una cantora ataviada con sus prendas tradicionales y ofreció música folclórica de la antológica Peña de los Parra. Empecé a escuchar un golpeteo sobre las mesas siguiendo el ritmo de la cueca, gente de mayor edad, muchas de ellas mujeres seguían el compás de la canción. Esos nudillos contra la madera eran una señal de resiliencia, memoria y dignidad. Una especie de conjuro para exorcizar el pasado y el terror impuesto por la dictadura. Fue un momento conmovedor.
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Pomaire también es famosa por sus curiosos chanchitos de tres patas que se consideran un amuleto de buena suerte. Los relatos de los lugareños hablan del nacimiento de un marrano de tres patas, la comunidad al darse cuenta lo asociaron con brujería y exigieron asesinar al animal, pero la familia dueña del chanchito decidió protegerlo y así se ganaron el desprecio de sus vecinos.
Pasaron penas y exclusión hasta que un día el cerdo se internó en los montes cercanos y escarbando con sus tres pezuñas halló una olla con oro. Desde ese instante pasó a convertirse en una mascota de greda de la buena ventura y se halla por doquier en diversos artilugios y diseños. Una leyenda y un chanchito para espantar la adversidad.
En busca del mar
Chile es el país más elongado de América del Sur. Su costa sobre el océano Pacífico mide 6435 kilómetros. Desde Santiago hasta la bahía de Valparaíso, la más importante del país, hay 125 kilómetros que se recorren en dos horas aproximadamente. Sobre el litoral de la bahía se asienta el famoso balneario de Viña del Mar, al arribar la escena es extraña y hasta surrealista, sobre todo para un visitante del trópico ecuatorial: playas colmadas de gente con gafas de sol y sombreros bajo sombrillas, y ningún bañista en el mar.
Caminé por el malecón sorprendido y me aclararon que era porque el agua siempre es fría. Esa explicación me pareció insuficiente y entonces me retaron a entrar al mar. Me despojé de los zapatos y me dirigí hacia las olas. Sentí un corrientazo glacial sobre mi cuerpo, una descarga energética de 9 grados, las aguas más frías de Latinoamérica. Hui hacia la playa para evitar la hipotermia y comprendí porque en Chile te invitan a la playa y no al mar, como lo hacemos en el trópico. La paradoja se había despejado. Viña del mar también es un atractivo gastronómico centrado en frutos del mar. Recomendable la grandiosa empanada de mariscos.
La visita al mar más cercano de Santiago estaría incompleta si no se recorre la esplendorosa ciudad de Valparaíso, declarada en julio de 2003 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. La joya del Pacífico, como es denominada, se asienta sobre cerros. Su conformación urbana tiene su origen desde los tiempos de la conquista. Se convirtió en un enclave estratégico ante el embate de invasores porque sus callejones ascendentes servían para ofrecer resistencia.
Hoy esos angostillos son un gran atractivo arquitectónico porque son rodeados por viejas casas y edificios coloridos, y sobre sus paredes, puertas y ventanas se desborda el arte figurativo y urbano. También se destaca por su escena artística y bohemia que reúne a estudiantes, extranjeros, pintores, poetas y escritores en sus cálidos bares y cafés.
Desde los años 40´s opera un trole bus y cuenta con 4 funiculares para acceder a los miradores desde donde se contempla el puerto y la extensión de la bahía. Caminar y perderse por esos laberintos coloridos es una experiencia alucinante. Al caer la tarde, el sol hace estallar los colores de las fachadas y pareciera que la hermosa Valparaíso flotara sobre el mar.
Coda
De Cali a Santiago la vida cambió. Fue imposible no compararla con mi ciudad de origen, y aunque siempre amaré este terruño de músicas presurosas y sabores deleitosos, fue impresionante percibir la cultura ciudadana, la limpieza de sus calles, el nivel de calidad de vida y su progresivo desarrollo. Salir del país ahuyenta los complejos y nos permite contrastar nuestra realidad. Visiten Santiago y sus alrededores.
Agradecimientos a Diana Barrera Guayara y Jader Hernández Taborda por su hospitalidad, cuidado y fraternidad durante mi estancia en Santiago de Chile. También al Peugeot 3008.
Tremendo viaje Juanito, gracias por Toda la información recopilada, sin duda me pareció estar caminando por sus calles y sus impresionantes parques viendo la Cordillera de los Andes, sin haber estado nunca por allá… Será un destino próximo a visitar y después por supuesto Santiago de Cali. Salud siempre!
Hola, Juan. Qué grata experiencia leer tu reseña del viaje a Chile. Me trasladaste a cada lugar visitado y sentí en tu voz la admiración por el detalle, por la historia y la belleza de los lugares y sus paisajes.
Te felicito y me alegra saber lo que ha significado para ti conocer a Santiago, Valparaíso y Viña del mar.